Dejar de oír no significa dejar de hacer lo que nos gusta siempre que pongamos remedio, y eso es lo que los audífonos suplen, la parte de audición que hemos perdido.

Cuando una persona es consciente de que ha perdido gran parte de su audición empieza a recluirse en sí misma y va abandonando su forma y estilo de vida. Con el paso del tiempo el sujeto estará totalmente aislado e inactivo ya que habrá abandonado la forma de vida que llevaba. Para evitar llegar a este extremo lo primero que debemos hacer es establecer una política de prevención que tan solo consiste en realizarse al menos una revisión auditiva anual.

Pero, si aun así no lo hacemos y advertimos que hemos "perdido oído" los profesionales del Centro Auditivo Andaluz van a darle soluciones reales y en muchas ocasiones van a consistir en el empleo de audífonos para suplir la parte de la sensibilidad auditiva que hayamos perdido. Esta es la mejor forma de volver a oír, la menos traumática y la más económica.

A la hora de seleccionar el audífono, además de asignar el que necesita en función de su pérdida auditiva, también vamos a considerar su estilo de vida, sus hábitos y costumbres, sus relaciones sociales y familiares.

Se trata de seguir llevando la misma vida que cuando no necesitábamos ayudas auditivas por lo que no va a tener que renunciar a sus aficiones. Las personas que disfrutan con la música, las personas que disfrutan con tertulias, las que les encantan las reuniones familiares o, simplemente, las que tienen que seguir con su vida laboral van a poder seguir realizándolo sin tener que renunciar a ello. Es cierto que deberán pasar un período de adaptación hasta lograr sacar el máximo partido a sus audífonos, pero una vez superado esto podrá continuar con su vida habitual.

*Imagen cedida por Phonak

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